Los secretos en sus ojos

No era el 'carita bonita'. No era el más inteligente. No tenía el cuerpo 'perfecto'. No era el más elegante. No era de hablar en serio.

Pero tenía la sonrisa enorme. Era de los que sacan charla, sólo para seguir hablando. Era el que levantaba el humor con sus malos chistes. Tenía objetivos que cumplía firmemente. Era soñador y aventurero. Tenía la seguridad y el autoestima que ella buscaba en los hombres.

Ella acostumbraba a acercarse, disfrutar y después irse. No quería compromisos. No le funcionaban las parejas. No duraba más de cinco meses con la misma persona al lado. Ella no tenía buen humor siempre. No tenía la mejor sonrisa. No hacía buenos chistes. Tampoco era la del cuerpo perfecto. A pesar de ello, era la persona más segura de sí misma... Quizás la confianza que podría tener en los demás, se la quedó para sí misma. Sólo se quería ella. Sólo se admiraba ella. Sólo confiaba en ella.

Él la vio y sintió su mirada, que dicen es muy cautivadora. Él rozó sus manos y no las quiso soltar, imposible con la suavidad que tenían. Abrazó su cintura y su pecho fue el lugar más confortante que esperaba encontrar hace tiempo. Él la rodeó con sus brazos y probó sus labios. Lo único que obtuvo fue su veneno, lo frío de su corazón y su falta de empatía. Ella era una piedra con forma de persona, pero él siguió insistiendo hasta que se cansó.
Y comprendió que el amor no se mendiga, que la dignidad no se pierde y que el tiempo no se pierde con cualquiera. Se fue alejando porque sabía que ella no iba a cambiar, era y seguirá siendo así. Ella no notó su lejanía hasta que por un tiempo no supo más de él, hasta que no le hablaban cariñosamente, hasta que no mantenía charlas divertidas.

Él la quería. Ella también.

Él se arriesgó. Ella no se animó.
Podrían haber tenido una linda historia entre los dos. Se conocieron en momentos equivocados. Quizás en otro tiempo les habría funcionado. No coincidieron, pues él llegó muy temprano y ella, como de costumbre, muy tarde.

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Marian-